El director de la CIA, Leon Panetta dio el pasado domingo su primera entrevista televisiva desde que asumió el cargo en enero de 2009.
El hecho en sí no tiene nada de extraordinario, salvo que tardó año y medio en dar una entrevista, pero sobretodo que habló de algo que hace tiempo parece olvidado por la prensa internacional: el paradero de Osama Bin Laden.
"Está en la zona bajo control tribal en Pakistán, que es un terreno muy complicado, quizás el más difícil del mundo, está en esa vecindad", señaló Panetta sin dar muchos detalles en el programa This Week de la cadena de la televisión estadounidense.
El jefe del principal organismo de inteligencia de Estados Unidos admitió además que no disponen de buena información sobre Bin Laden desde comienzos del 2000, "desde entonces ha sido muy difícil encontrar cualquier información de inteligencia sobre su ubicación exacta", dijo, pero se mostró confiado en que encontrarán al líder de Al Qaeda tarde o temprano.
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Es un placer poder escribir de fútbol y mejor aún intentar hacer una gran crónica de un partido. No hay duda, pero ¿qué pasa si en lugar de escribir sobre el encuentro se visualiza con estadísticas?
Ésa es una de nuestras apuestas periodísticas en esta Copa Mundo, y como este medio permite que nos comuniquemos fácilmente con ustedes pues me encantaría tener su opinión.
Acá en la redacción de 91ȱ Mundo no hay consenso. A muchos les hace falta una crónica escrita después de cada partido y a otros les gusta la innovación y el intento de experimentar con nuevos formatos.
Yo confieso que me gusta y que al ver el gráfico me entero de muchas cosas más rápido y más neutralmente que leyendo una crónica. Con una sola mirada al cuadro principal sé quién dominó el balón, quién disparó más veces al arco y cuántos tiros de esquina tuvo cada equipo.
Si hago clic en más estadísticas, veo rápidamente qué equipo hizo más faltas, cuántos tiros libres se ejecutaron y cuántos fueras de juego hubo. En otras palabras, en menos de un minuto tengo un panorama sin adjetivos de lo que fue el partido de fútbol.
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Ya se acerca, faltan sólo unos días para el evento más importante del fútbol, el Mundial de Sudáfrica 2010, el primero en territorio africano. ¡Todo un acontecimiento histórico! Uno no puede perdérselo, ¡hay que estar allá!
Un momento, ¿es seguro ir? ¿La organización ha sido adecuada? ¿No es peligroso? Si me baso en muchos medios aquí en Europa, uno podría pensar que es mejor quedarse en casa y mirar los partidos por televisión. ¿Pero, es esto cierto?
, el corresponsal de deportes del diario británico The Guardian, advierte justamente este punto y llama la atención sobre las fuertes críticas y dudas presentadas en los medios europeos que para algunos, son en muchos casos exageradas y hasta preocupantes.
En su historia, Gibson cita al secretario general de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Jerom Valcke, quien señala que si hubo bajas expectativas para la llegada de visitantes extranjeros a Sudáfrica, éstas se deben a los "realmente malos y tristes" reportajes en Europa, especialmente en Alemania y el Reino Unido, que dejaron una impresión equivocada de Sudáfrica y afectó la venta de entradas a los partidos.
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En la 91ȱ nos preciamos de los valores editoriales que seguimos y en los que creemos; uno de ellos y quizás el más importante, es la imparcialidad. Esa es nuestra raíz fundamental y debería ser la base de toda la información que producimos y publicamos. Por eso en 91ȱ Mundo no juzgamos, no ponemos rótulos y no usamos adjetivos.
Por ejemplo, nosotros no calificamos a nadie de "terrorista" o nunca decimos que alguien "cometió un acto de terrorismo"; pero sí tratamos de dar toda la información necesaria para que nuestros lectores saquen sus propias conclusiones y sean ustedes quienes decidan si fulano o zutano es terrorista o si realizó un acto de terrorismo.
Así tampoco describimos a nadie como "dictador" ni a gobiernos como "dictaduras" porque creemos que no debemos subestimar a nuestra audiencia y que si cumplimos en dar la información desde todos los ángulos ustedes son capaces de darse cuenta quién es un dictador y qué gobierno es una dictadura; los calificativos están de más, sobran.
Nosotros entendemos que si nuestra redacción fuera un juzgado, los periodistas debemos hacer las veces de fiscal y de abogado defensor al mismo tiempo, o sea presentamos la acusación y los alegatos de defensa, nunca jamás debemos ejercer de jueces, mientras que ustedes, los lectores, son el jurado que emite el veredicto final.
Pero, ¿podemos cumplir siempre con estas reglas? ¿Podemos ser siempre imparciales? o ¿a veces se nos escapan nuestros propios juicios de valor sin darnos cuenta?
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