91Èȱ¬

	|
| | | | |

	±õ²Ô³Ù°ù´Ç»å³Ü³¦³¦¾±Ã³²Ô   Alcance global, Hilary Hazzard   Respeto a las culturas, Adrián Fernández   Las imágenes, Phil Coomes   Un lenguaje preciso, Fouad Razek   La violencia sexual, Tin Htar Swe   Imitación de la violencia, Robin White   Palabras que hieren, Ana Lucía González   El humor, Miguel Molina   Un mundo sin horarios   Pagos por entrevistas   Periodismo y drogas		El humor siempre ha disfrutado de una licencia especial, pues se nutre de lo inesperado y del infortunio. Aún así, no se debe usar de forma inconsciente, gratuita o innecesariamente cruel, ni concebirse específicamente para herir o humillar a una persona o grupo. Los chistes sobre tragedias reales pueden ser extremadamente dolorosos para las personas vinculadas al hecho y ofender a grandes sectores del público. La 91Èȱ¬ recomienda a sus periodistas y productores tratar con sensibilidad el humor basado en elementos de raza, religión, edad, discapacidad o género sexual. En general, la comedia se extralimita si conlleva un elemento de superioridad o prejuicio. El poder de las palabras puede herir a las personas mucho más de lo que a veces nos damos cuenta. El humor - Miguel Molina, Sección Latinoamericana de la 91Èȱ¬ Ay, ya no escribes chistoso, me dijo un día mi mamá. Me puso a pensar, porque después de todo ha leído mis columnas durante treinta años y eso le da cuando menos derecho de lectora. Releí algunas de las cosas que había escrito recientemente y me di cuenta de que eran reflexiones sobre cosas serias que tenían que ver con la vida y la muerte de personas, algo de lo que nadie se puede reír ni debe hacerlo. Pero el humor es irreverente e irrespetuoso por principio, y por eso no se pueden escribir textos chistosos por encargo. Algo, alguien, se presta a la irreverencia o la falta de respeto o no se presta. Los políticos siempre se prestan. Otras personas no tanto. La corrección de lo incorrecto El problema de la irreverencia y la falta de respeto es que se trata de un terreno pedregoso, porque lo que en un país es chistoso es anatema en otro, lo que es chistoso para una persona es muy ofensivo para otra, y lo que es chistoso en la oficina no es divertido en ninguna otra parte, como los chistes étnicos, sexuales, de abogados, de gallegos, de muchachas de Essex, de cachacos, de cibaeños, de lo que sea políticamente incorrecto. Al final uno aprende que sólo hay una manera de contar una historia, y es contarla como es, como necesita ser contada, sin concesiones, y al que le guste que se ría, aunque sólo sea la mamá de uno, que para eso está.

	^^ Arriba