La increíble historia del Pato
El Pato Cabrera se quedó con la chaqueta verde del Masters de Augusta, uno de los torneos mayores del golf internacional, tras una de las batallas más memorables de los últimos años.
El argentino debió disputar con los estadounidenses Kenny Perry y Chad Campbell dos hoyos de desempate, tras quedar igualados en doce golpes bajo el par de la cancha al finalizar los 72 hoyos reglamentarios.
Los comentaristas más veteranos lo dieron entonces como favorito, porque su juego estaba en alza (había recuperado terreno en los últimos hoyos del domingo), mientras que el de Perry estaba en baja tras perder dos golpes en dos hoyos y Campbell se había relajado, esperando la llegada de sus rivales, con lo cual perdió algo de filo competitivo.
El argentino procedió de inmediato a "regalar" esa supuesta ventaja, colocando su pelota detrás de un árbol inmenso (que está allí desde antes de la Guerra Civil, según dijo un comentarista).
En la recuperación, su pelota golpeó en otro árbol y rebotó hacia la calle, quedándole un tiro directo hacia el green y salvando el par por los pelos.
Así, corrigiendo sus errores propios y sacando jugo de los errores ajenos, el Pato ganó el segundo grande de su carrera, que comenzó como caddie en su Córdoba natal.
Ángel Cabrera y Camilo Villegas forman la avanzada latinoamericana en el golf masculino, mientras que la mexicana Lorena Ochoa es la reina indiscutible del golf femenino.
Además de los españoles, siempre bien ubicados en el ranking (Sergio García es 3º, Álvaro Quirós 29º y Miguel Ángel Jiménez 32ª), los latinoamericanos tienen al colombiano Camilo Villegas en el 10º y a Cabrera en el 18º.
Otro argentino, Andrés Romero, es 45º. Y no crean que eso es bajo: centenares de golfistas de categoría darían la mano izquierda por tener esa ubicación, tal es el grado de competición en este deporte: Chad Campbell, el que desempató por el primer puesto, es 41º en el ranking.
En el PGA Tour juegan cinco latinoamericanos, mientras que otros siete militan en el Nationwide, el circuito subordinado.
Otros diez juegan en el circuito europeo.
Los golfistas del cono sur, en particular los argentinos, prefieren aventurarse en el circuito europeo, mientras que los del norte de América Latina (como Villegas y Ochoa) comienzan por el circuito de las universidades estadounidenses, con acceso natural a Nationwide y PGA.
Lo extraordinario de Cabrera es su elevada proporción de títulos de Grand Slam en relación con el total de sus victorias fuera de su país natal: dos grandes, el Abierto de Estados Unidos en 2007 y el Masters en 2009, otro título en el PGA Tour y tres torneos en el circuito europeo.
En total, seis títulos internacionales, dos de ellos grandes. El hombre se especializa en los grandes bocados, algo insinuado ya en su predilección por los "bifes a caballo", una especialidad criolla de su país, en que el "jinete" son dos huevos fritos, cabalgando sobre un respetable "bifacho".
Otra característica llamativa de Cabrera es su origen humilde.
Conoció desde niño la pobreza y no terminó la escuela primaria. Trabajó como caddie y su buen juego y potencia (si no le llamaran "Pato" podría ser "Oso") llamaron la atención de Eduardo Romero (alias El Gato), un golfista argentino que financió su incursión en el circuito internacional.
Nada como la vida cotidiana para conocer a las personas.
Luis Fernando Llosa, de Sports Illustrated, lo visitó hace un par de años en la localidad cordobesa Villa Allende, donde frecuenta el Almacén y Bar El Cóndor.
Esta descripción de Llosa es notable:
"Los parroquianos del Cóndor son caddies, carpinteros, jardineros, albañiles y otros personajes de vida dura y trago largo del viejo barrio de Mendiolaza, donde creció Cabrera. La suya fue una vida dura: abandonado por sus padres a la edad de tres años, Ángel dejó la escuela primaria y debió trabajar para sobrevivir. Ha conocido a sus amigos del Cóndor desde que era niño y ellos lo tratan como si fuera uno de ellos, o sea sin el menor respeto."
¿Se dan cuenta? Un hombre sencillo, sin el maquillaje de las grandes ocasiones.
Y sin embargo, las grandes ocasiones le caen como anillo al dedo.
En un deporte donde el esnobismo es la principal plaga, Cabrera todavía come bifes a caballo y necesita un intérprete, porque el inglés sigue siendo chino para él.
Pero ese ha sido siempre el tránsito en muchos deportes. En una época, los pobres no jugaban al fútbol, que era una cosa de "chicos bien".
La gente común colonizó ese deporte, como el boxeo antes.
El golf, por su naturaleza, se resiste a esa "democratización", pero poco a poco las barreras están cediendo. Los campeones, ahora, son gente con los pies en la tierra,
Hace algunos años, muchos menos de lo que ustedes imaginan, la mera idea de un gran golfista negro era "ridícula".
Y ahora tenemos a Tiger Woods, que el domingo dio, junto a Phil Mickelson, un recital de buen golf, aunque no le bastó para alcanzar al Pato.
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Me alegro muchismo ver que un argentino les quito la chaqueta verde de dos estadoudinenses en los ultimos este domingo.
Ademas creo que es muy bueno para el deporte, tanto como el torneo que alguien de un pais que no sea estados unidos gana.
Salud, Pato! Es increible, pero en un momento de vacas flacas para el deporte argentino, en que los tenistas caen como moscas, Maradona y sus boys son goleados en La Paz, etc, el deportista mas exitoso es un gordo, fumador (hasta hace poco al menos)y que por confesion propia nunca ha pisado un gimnasio. En fin, tal vez el hombre no daria pie con bola (o palo con bola) si fuera un atleta. Salute!
Como latinoamericano siento profunda alegría por el logro de Cabrera, primer latino en vestir la chaqueta verde! Es hora que en el golf como en otros deportes se sienta la fuerza latina!
Además logró revindicar a su compatriota De Vicenzo quien, al anotar mal en su tarjeta perdió el Master!
Salud para el Campeón!
Un grande, Cabrera. Ojalá le siga yendo igual de bien, porque es un estilo de golfista que se echa de menos. Pasión e inspiración contra técnica y mecánica.
Un saludo desde