De dónde sacan fuerzas los tigres del Hull
Hull City es un caso tan sorprendente que ya muchos se preguntan si estamos frente a una versión inglesa del Villarreal Club de Fútbol.
En semanas sucesivas, el poco conocido club de Yorkshire batió como visitante a dos grandes de Londres y ahora ocupa la tercera posición en la Premier League, cómodamente instalado entre el Liverpool y el Arsenal.
El brasileño Geovanni, que llegó gratis al club, marcó en el 2-1 ante el Arsenal el 27 de setiembre y el 1-0 ante Tottenham Hotspur el 5 de octubre.
La euforia impulsa a un equipo modestísimo, en su primera temporada en la división máxima del fútbol inglés. En contraste, la depresión lastra a su rival de ayer, el Tottenham, hundido en la última posición de la tabla.
El equipo de Phil Brown ha ganado cuatro, empatado dos y perdido uno, mientras que el de Juande Ramos tiene dos empates y cinco derrotas.
"¿Cómo es posible?", se pregunta la cátedra, "¿acaso el fútbol moderno no es una historia de los efectos del dinero sobre los resultados?"
En el largo plazo sí, cuando la calidad que se compra con dinero asfixia el entusiasmo de los pobres que de repente se sientan a la mesa de los ricos.
El Hull, de la ciudad de Kingston Upon Hull, en un estuario que se asoma sobre el Mar del Norte, está repitiendo la campaña del Wigan, que en 2005-2006, su primer año en la categoría máxima, también ganó cuatro de sus primeros siete partidos. Esa temporada terminó en 10º lugar.
En 2006-2007 fue 17º, y en 2007-2008 14º. Muy bien para un club modesto, pero lejos del Villarreal de Pellegrini, habituado a jugar Liga de Campeones.
De la misma forma en que Wigan no fue el equivalente inglés del Villarreal, tampoco lo será Hull City: aparte de la falta de dinero, el Hull no tiene los contactos del club español en el mercado de jugadores.
El Villarreal debe su vigencia en La Liga al genio del chileno Pellegrini como técnico, pero también a la organización del club, que ha desarrollado un ejemplar sistema de exploradores y gestores en América Latina.
La comparación debe tener en cuenta que el primer año del Villarreal en primera división, 1998-1999, también comenzó muy bien... pero el equipo terminó la campaña relegado, aunque volvió a primera el año siguiente.
El Hull hace lo que puede en un mercado cada vez más enrarecido por el fortalecimiento de los ricos y la falta de crédito para reforzar los equipos.
Su sostén, por ahora, es el orden en el campo, responsabilidad de Phil Brown, y la euforia en el vestuario, que se alimenta a sí misma mientras duren las fuerzas.
El mote de Hull City, "Los Tigres", se debe a su camiseta a rayas negras y ámbar. Su escudo, renovado recientemente, tiene la cabeza de un tigre y una franja con la inscripción The Tigers, para que el mensaje entre.
A diferencia del Villarreal, que fue un habitual en la segunda división, el Hull City ha subido y bajado de categoría como el proverbial yo-yo.
En las últimas cinco temporadas ha trepado cuatro categorías, una hazaña cuyos máximos héroes son tres jugadores: el capitán Ashbee (calificado por el Times con 8 en el partido de ayer), el portero Myhill (también 8) y el lateral Dawson (7).
El secreto del Hull es tan antiguo como el fútbol: organización, disciplina y concentración.
El criterio del presidente Paul Duffen y los técnicos Phil Brown y Brian Horton para la renovación del plantel ha sido certero.
Han buscado jugadores con hambre de éxitos, marginados, desesperados... y por ende con capacidad de sacrificio pero sin pretensiones económicas.
Deiberson Geovanni, por ejemplo, estuvo el año pasado en el Manchester City de Sven Goran Eriksson, pero defraudó y fue cedido sin cargo.
(Ahora está haciendo goles "a la brasileña", espectaculares y decisivos.)
El francés Bernard Mendy (ex Bolton y PSG), el guineano Kamil Zayette y el griego Stelios Giannakopoulos (ex Bolton) quieren reflotar sus carreras internacionales.
El jamaiquino Marlon King tuvo una temporada lamentable en el Wigan, mientras que Anthony Gardner (inglés) viene de sendos fracasos en Tottenham y Everton.
Con todos estos personajes, que otros técnicos hubieran desechado por "perdedores", además de cinco veteranos de la campaña 2007-2008 (entre ellos los mencionados Ashbee, Dawson y Myhill), Brown ha formado un plantel que se asemeja a la visión romántica de la Legión Extranjera: gente endurecida, "capaz de todo"... incluso de jugar bien al fútbol.
La euforia sostiene por ahora a este grupo de desesperados. Habrá que ver dónde están cuando llegue la campaña de fin de año, agotadora, interminable.
ComentariosAñada su comentario
Vamos que sigan asi y no caigan, ya es hora de algo fresco en Inglaterra, ufff aveces se vuelve muy motono, el ManU, Liverpool, Arsenal, Chelsea, no vendria mal algo de aire fresco.