Notas sobre un debate fallido
Uno finge interés en los debates presidenciales de Estados Unidos para no echar a perder la emoción de quienes piensan que se tratan de discusiones reales sobre asuntos reales, y no de oportunidades de promover la imagen de los candidatos y de pronunciar declaraciones que se puedan resumir sin consecuencias en un titular de periódico o de televisión.
Eso fue claro el fin de semana, por ejemplo. Ninguno de los dos candidatos parecía interesado en presentar sus puntos de vista sobre el estado de la economía o exponer sus ideas sobre la orientación de la política exterior.
Lo importante era que el otro se viera mal, con ayuda o sin ella. Y uno termina convencido de que ninguno se vio bien.
Las cosas comenzaron a complicarse desde antes del debate. La semana pasada -cuántas cosas pasan en una semana, para usar palabras del ínclito-, el deterioro de la economía estadounidense llegó a tal grado que la Casa Blanca comenzó a nacionalizar bancos sin fondos y deudas sin fin.
Antes del debate
y ayudar a que se aprobara un paquete de ayuda económica, pero no sólo carecía de una propuesta concreta sino que terminó reconociendo que no había leído las tres páginas del plan Bush-Paulson-Bernanke en cuya discusión iba a participar, aunque alguien le dio el documento antes de que se hiciera público.
Una vez en la Casa Blanca, .
Pero varios de los que asistieron a la reunión o tienen acceso a detalles de primera mano consideran que la participación de los candidatos presidenciales (Barack Obama tuvo que asistir a la reunión para no quedarse fuera y verse mal en consecuencia, aunque se limitó a repetir que el hecho de que tengan que pagar los contribuyentes estadounidenses es escandaloso) terminó por politizar la estrategia de rescate, que a fin de cuentas busca evitar la caída del capitalismo tal y como lo conocemos.
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Ni convincentes ni convencidos
El debate es lo de menos, fue lo de menos. , como dice Kevin Connolly, uno de los enviados de la 91ȱ al espectáculo.
Hay que decir que ninguno de los dos sonó convincente ni convencido, que ninguno de los dos supo explicar cómo había cambiado su estrategia económica (en caso de que tuvieran) ante la dimensión de la crisis, que ninguno mostró una figura presidencial.
McCain sigue pareciendo un comandante en jefe y suena como si pudiera serlo, algo que Barack Obama no ha podido lograr.
McCain parece empeñado en hablar de los tiempos que fueron, en plantear en términos de guerra la superviviencia de su país y el sistema que su país representa. Y Obama parece limitado a hablar sobre el futuro porque en su pasado no hay mucho que permita pensar en su capacidad como jefe del Poder Ejecutivo y todo lo que eso implica.
Prédicas a los convencidos
En el debate fue claro que ninguno de los dos, por omisión o por olvido, quiso reconocer que las decisiones sobre la crisis financiera se van a tomar antes de las elecciones, y que el próximo presidente va a administrar los efectos de las medidas que se adopten ahora.
No habrá recortes de impuestos (como quiere McCain) ni habrá gastos sociales (como piensa Obama). Lo que habrá es un agujero de quién sabe cuántos millones de millones de dólares en los bolsillos de los estadounidenses.
Muchos de ellos son demócratas o son republicanos que han sentido de cerca las consecuencias de la libertad del mercado pero siguen apoyando a sus partidos, y para ellos los debates son prédicas a quienes ya están convencidos.
Los debates no son para ellos. Como las giras de campaña, las discusiones públicas en televisión buscan convencer a los votantes más influyentes que a la vez son los más indecisos, porque ellos serán los que cuenten. Si es que cuentan.
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"Pero varios de los que asistieron a la reunión o tienen acceso a detalles de primera mano consideran que la participación de los candidatos presidenciales (Barack Obama tuvo que asistir a la reunión para no quedarse fuera y verse mal en consecuencia, aunque se limitó a ) terminó por politizar la estrategia de rescate, que a fin de cuentas busca evitar la caída del capitalismo tal y como lo conocemos."
...Me podria repetir por favor.
Lo siento, don Manuel. No terminé de decir lo que quería decir. Eso le dará una idea del entusiasmo que me provocó el debate.
Pero también a veces se me ensoberbece la gramática y la sintaxis se resiste. A todos les pasa.
Gracias,
Miguel Molina
No estoy de acuerdo con el titulo del tema en cuestión,aunque la respeto yo opino que mientras el señor mckein lucia en algunas ocasiones desde irónico hasta en cierto modo burlón,el candidato Obama lucia seguro,capáz y super educado estaba insegura ya tengo mi candidato a votar..Obama su regio comportamiento me cautivo.
Los debates solo tienen por finalidad esperar a que el contrincante incurra en un error y poder explotarlo. Nada tiene que ver con mejorar la calidad de la política.
Sin duda alguna, Obama será quien repartirá los panes y los peces. El gran salvador no sólo de esta nación sino del mundo. Hay que seguirlo. jiji
¿Fin del capitalismo tal y como lo conocemos?, No lo creo.
Si bien ahora estamos en la mayor crisis financiera de todos los tiempos, y la crisis se presento cuando se cayo el mercado inmobiliario en USA, esa fue la crisis. Ahora estamos viviendo los efectos de esa crisis.
Y esta hara palidecer a la crisis de 1929.
No creo que sea el fin del capitalismo o mejor dicho de la economía de mercado, ya que esta es demasiado versátil, a diferencia del comunismo, que no aguanto dos pedidas en la URSS y China.
esta crisis es puramente especulativa se va a acabar el 4 de noviembre cuando se sepa quien gane en Estados Unidos