El reto de cubrir a un Papa
![Feligreses en El Vaticano](/staticarchive/93d4a234559e47248a43d249d8c9b6b6e4c950a3.jpg)
Feligreses emocionados al conocerse que se había elegido un nuevo Papa.
Fue un consejo que intenté no perder de vista durante los días que trabajé en el Vaticano.
La elección y entronización de un Papa es un evento masivo, cargado de simbolismo religioso y altamente emotivo para quienes participan de él. También para quienes lo observamos y tenemos la obligación de contarlo.
Quizá por eso, uno de los grandes desafíos para quien cubre un acontecimiento de estas dimensiones es mantenerse neutral, no dejarse arrastrar por las emociones que lo rodean, evitar perderse en los detalles -ciertamente fascinantes en un ritual tan complejo y lleno de matices simbólicos como una elección papal-, ni por los intereses políticos y comunicativos de uno u otro lado.
En general, cubrir temas de religión implica un reto periodístico: ser respetuoso con las creencias de los fieles sin perder de vista que estamos también ante temas políticos, económicos y sociales. A menudo polémicos.
Acerca de nuestra posición ante estas cuestiones reflexionaba hace un par de semanas Hernando Álvarez en este blog.
Sobre el terreno, quizá lo más complicado sea encontrar el equilibrio entre la empatía -"el vivir la historia", "el estar ahí"- y la necesidad de abrir distancias, de mantener la imparcialidad en el análisis.
Este no es otro que el eterno dilema, que en acontecimientos donde los sentimientos afloran de una manera tan abierta y espontánea se hace especialmente visible.
Difícil no contagiarse de la emoción desbordada en la plaza de San Pedro cuando el cardenal Tauran anunció el nombre del nuevo papa. O del dolor los de miles de venezolanos que salieron a las calles la noche que falleció el presidente Hugo Chávez.
El distanciamiento es un ejercicio necesario y -paradojicamente- el mejor complemento a la cercanía respecto a lo que se cuenta, como pueden ver en esta crónica de Abraham Zamorano, nuestro corresponsal en Caracas, en la que es testigo, no parte de lo que sucede.
También durante la elección papal intentamos mantener ese balance: contar el detalle del rito a través de la anécdota sin perder de vista el análisis de su contenido.
Pero no siempre es tarea fácil.
Los grandes acontecimientos -elecciones, tomas de posesión, funerales de estado...- están diseñados para ser espectaculares y apelar a la emoción. En otras palabras, para reducir la objetividad a la mínima expresión.
En este sentido, el cónclave y la entronización de un nuevo Papa tienen todos los ingredientes necesarios: un suspenseo que va aumentando la tensión narrativa a cada instante -sabemos que habrá fumata blanca, pero no cuándo-, un escenario espectacular, miles de fieles entregados, un protagonista recibido como héroe...
Son "trucos de guion" que uno agradece como espectador pero contra los que se tiene que vacunar como periodista. Suyo es el juicio de si nos medicamos la dosis correcta.
ComentariosAñada su comentario
Por qué me eliminaron la cuenta de facebook que después volvieron a ACTIVAR. Es la que corresponde a este mensa...je. cHAUCHIS.
Hola Walter! De qué cuenta de Facebook hablas? No tenemos el poder -ni el deseo- de eliminar cuentas de Facebook. Saludos!
Las emociones son propias de los seres humanos, pero también son un sentimiento contagioso en determinados ambientes, y eso está bien. Es bueno que un periodista se deje contagiar de este tipo de sensaciones, para llegar mas a los lectores.