Desde la semana pasada, colega Vladimir Hernández caminaba por las calles de Sucre investigando y buscando lo que muchos llaman el primer grito de independencia de América Latina.
Debo reconocer que me gusta afirmar que fue en esta ciudad, en entonces era conocida como La Plata o también Chuquisaca, donde se inició todo el movimiento independentista en América Latina. Más aún, ver esta cobertura en nuestras páginas podría decir que llenaban de orgullo mi espíritu boliviano.
Y todo iba bien hasta que llegó un correo de mi buen amigo y colega Tomás Ciuffardi, que señalaba la sensibilidad que generaba en Ecuador decir que la independencia se inició en Bolivia, cuando en su país todos sabían que el primer grito fue en agosto de 1809 en Quito, cuando efectivamente se proclamó una junta de gobierno que se mantuvo en el tiempo.
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La semana pasada mi colega Hilary Bishop ya se refirió brevemente en este blog al escándalo en el que se ve envuelto el parlamento británico. Pues bien, vuelvo a él esta semana porque ha seguido creciendo. Se anuncia hoy que el próximo 21 de junio renunciará el presidente de la Cámara de los Comunes, Michael Martin.
El anuncio se produce unas 24 horas después de que se le pidiera públicamente que renunciara, rompiendo así con una tradición de más de 300 años según la cual el presidente de la Cámara era intocable.
El contexto del escándalo está muy bien explicado por mi colega Raúl Fain Binda en su nota "Un escándalo muy británico".
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La nota sobre el taxista argentino que devolvió 130.000 pesos argentinos (unos US$35.000) a la persona que los dejó en su taxi generó gran interés entre nuestros lectores.
Y no solo entre ustedes: miles de personas en Argentina y más allá se unieron a través de internet para , Santiago Gori, por su honestidad.
Pero, ¿por qué tanto interés en esta noticia? ¿Tan poco usual es algo como esto?
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El sábado 25 de abril el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos informaba sobre los primeros casos de personas infectadas con la gripe porcina en distintas partes del país.
Ese mismo día fui al supermercado, aquí en Miami donde vivo, para comprar algunas cosas que me hacían falta para el desayuno.
Como sólo llevaba tres cosas (leche, pan y huevos) fui a la caja "express" e hice cola detrás de dos señoras mayores cubanas y un señor también mayor y también cubano. Mientras esperábamos para pagar, los 3 viejitos hablaban entre ellos sobre las noticias.
"Ay, mi madre, ¿han visto ustedes esto de la epidemia de gripe?", preguntó una de las señoras. "Sí, dicen que la coges de los cerdos; yo por eso no como más puerco", contestó la otra.
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