Vete a tu casa, Óscar de la Hoya
Adiós, Óscar de la Hoya: dedícate a promover boxeo, ya que no puedes practicarlo tú mismo.
La paliza que te dio Manny Pacquiao, en Las Vegas, fue una de las más dolorosas, tanto para ti como para los espectadores, que vieron sufrir física y moralmente a uno de los mejores púgiles de la historia.
¿Por qué los campeones siempre creen que pueden combatir una vez más, y otra vez, y otra, cuando todos saben que están acabados?
¿Es un exceso de testosterona, o una carencia de células grises?
Un poco de ambas cosas, por supuesto. Y también la habitual presión de Don Dinero: el perdedor cobró una bolsa de 20 millones, mientras que la del vencedor fue de sólo 11.
En la decisión de Óscar también tuvo mucho que ver el temor a que su actividad como promotor se resintiera si no seguía en actividad. Esto, sumado a la fe en una famosa máxima del boxeo, esa que dice que "un buen púgil grande siempre le ganará a un buen púgil pequeño."
Y cualquiera sabe que De la Hoya ha ganado diez títulos mundiales en seis categorías diferentes, llegando hasta mediano, mientras que el igualmente versátil Pacquiao comenzó su carrera en las categorías mínimas, ganando cinco títulos mundiales entre las categorías mosca y liviano.
El problema en esto, claro, es que para dar el peso welter, convenido para esta pelea, De la Hoya se debilitó: tiene 35 años y hacía más de siete que no daba ese peso. Pacquiao, en cambio, no tuvo problemas para la categoría.
De modo que un boxeador en su plenitud (el filipino tiene 29 años), en una categoría relativamente cómoda para él, vapuleó a un veterano que había sacrificado reflejos, resistencia y potencia.
El pobre De la Hoya no estaba en condiciones de atacar ni de defenderse.
A eso del púgil grande que le gana al chico se podría contraponer otra máxima, más obvia todavía: "un buen púgil en buen estado físico siempre le ganará a un buen púgil mal preparado".
Y encima de todo esto, el filipino es una maravilla de boxeador, que detectó en el primer cruce de guantes la debilidad íntima de su rival.
La paliza que el filipino le dio al mexicano/estadounidense fue una de las más enfáticas de los últimos tiempos entre púgiles de primera categoría.
Los comentaristas destacan un momento que debe ser particularmente humillante para De la Hoya: en el octavo asalto, el perdedor logró asestar una combinación al cuerpo, que Pacquiao festejó aplaudiendo por encima de su cabeza, antes de aporrear nuevamente el rostro de su adversario.
Allí se terminó todo: un hombre de la talla de Óscar de la Hoya no debe pasar papelones. Y no salió al ring con la campana del noveno asalto.
La forma en que Pacquiao terminó el octavo, castigando a voluntad, no dejaba a su adversario ningún asomo de esperanza.
(En You Tube hay una buena copia de los últimos dos rounds.)
Para un campeón como De la Hoya, el abandono es doblemente doloroso, porque significa una doble derrota: del cuerpo y del espíritu.
Si el hombre es tan inteligente como dicen quienes lo conocen personalmente, debería aprovechar esto como si fuera una oportunidad.
Debería ser capaz de decir: "qué suerte tengo, ya no debo preocuparme de ser competitivo en el ring, ahora puedo concentrarme en cuestiones más importantes".
De la Hoya es uno de esos hombres afortunados, tan raros: los otros hombres lo respetan y las mujeres se derriten, le van bien los negocios, se siente como en su casa en dos grandes países, Estados Unidos y México.
¡Vamos hombre! El boxeo ya no es lo tuyo: vete a casa y ponte a trabajar.
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Hay que ver cuanto ganaron las casas de apuesta, porque a lo que se Oscar era el gran favorito.
Oscar volvera al ring por una mas?
Si que se vaya, a contar sus millones, a cuidar a su bella esposa Millie. Y queda una vez más demostrado esta ley " Nunca te hagas viejo dentro del ring ". Y lo peor Raúl que a Oscar ya no se le recordará como el gran campeón que fue, se le recordará siempre por esta pelea, la peor de su vida. No había necesidad de semejante bochorno.
Existe otra máxima: la de retirarse con una victoria. De la Hoya volverá... eso sí, ante un rival mediocre.
Se repite la historia que viene de antiguo. En la historia reciente De la Hoya firmó el finiquito de Julio César Chávez. En mi memoria, el mexicano es más grande que el estadounidense De la Hoya. Nunca rehusó un combate, ni siquiera contra De la Hoya cuando subió al ring con una ceja todavía sin curar.
De la Hoya no puede decir lo mismo, pues eligió en exceso a sus rivales. Y cuando no le fue posible lo pasó mal. Muy mal. Algunos combates con bochornoso resultado.
Mas que Oscar, creo que fue la corte de aduladores y chupa samgre que sigue a un gran campeon.
Desafortunadamente no pude ver la pelea, solo he podido leer los comentarios. Lo que más me llama la atención es la cantidad de opiniones muy adversas a Oscar, no en este foro. En todo caso ya me esperaba yo que ganara manny, pero no tan rápido. Creo que Oscar quiso demostrarse que aun puede y peleó con el mejor actualmente, para eso se requiere mucho, no solo tentación de dinero. Oscar será recordado como muy grande, aunque muchos no lo quieran.