¿Quién cree en los juegos olímpicos?
Al parecer, ni siquiera los organizadores creen en ellos, por más que digan lo contrario.
El atletismo, el deporte olímpico por excelencia, recibirá menos apoyo oficial para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en contraste con mayor apoyo para deportes "marginales", como ciclismo, remo, natación y vela.
Si a esto sumamos los detalles de cómo el gobierno británico desestimó un informe de sus propios expertos, desaconsejando la organización de los juegos, es legítimo preguntarse hasta qué punto valen el esfuerzo y el dinero.
Lo cierto es que casi todos los argumentos utilizados por los defensores de los juegos, desde el Comité Olímpico Internacional para abajo, son endebles.
Esto es doblemente importante en una situación de crisis económica, que ya ha obligado a reconsiderar inversiones de infraestructura en varios deportes.
Según una investigación del Times, el gobierno del primer ministro Tony Blair dejó de lado las conclusiones de un informe de 250 páginas de sus propios expertos, cuya conclusión era que "la evidencia concreta en respaldo de los beneficios percibidos para este tipo de mega-evento es débil".
Esos supuestos beneficios son muy atractivos a la hora de ganar voluntades: regeneración urbana, legado deportivo y de infraestructura, turismo, celebración y cultura, y reactivación económica como consecuencia lógica.
El problema es que en esto hay mucha charla y poca lógica.
En alguna entrada anterior hemos informado del extraño caso del estadio central de los juegos de Londres, que tendrá una capacidad para 80.000 espectadores pero se reducirá a 25.000 asientos después de los juegos.
¿Y cómo se logrará esto? Pues desarmando la estructura superior, diseñada especialmente. Los arquitectos nos dicen que esto no es un derroche, porque "la estructura desmontable se podrá arrendar o vender al mejor postor".
A nosotros entonces, y en los últimos meses también a un número creciente de escépticos, nos sigue pareciendo un derroche.
Ahora sabemos algo que antes sólo intuíamos: los gobiernos que aprueban estas inversiones grotescas saben perfectamente que no se justifican.
La investigación del Times dice que el informe oficial fue archivado y olvidado, a pesar de que en su redacción participaron importantes economistas y funcionarios del gobierno.
John Clark, el principal autor del informe, dijo al diario que "llegamos a la conclusión de que los países sólo deberían organizar los juegos olímpicos por razones de festejo nacional, porque la justificación económica es débil."
El gobierno apoyó el proyecto diciendo que aumentaría la participación deportiva y contribuiría a regenerar el sector oriental de Londres.
El supuesto aumento de la participación deportiva ha sido muy criticado, porque en realidad, según dicen, los fondos destinados a alentar el rendimiento de deportistas de elite son retirados del fomento de base.
La construcción de un centro para las competiciones de natación, por ejemplo, significa en la práctica el cierre o la postergación de piscinas que podría aprovechar el público en muchas localidades del interior.
Y ahora nos enteramos de que hasta el atletismo sufrirá.
El atletismo y el badminton son los únicos deportes que recibirán menos dinero que lo previsto, según informó UK Sport, la organización que administra los fondos para el deporte de elite con miras a los juegos 2012.
La reducción, en el caso del atletismo, será de 5%: de 26.513.000 esterlinas a 25.111.900.
En cuanto al ciclismo, tendrá un aumento de 22% (de 22.151.000 esterlinas a 26.922.700), mientras que remo de 5% (de 26.042.000 a 27.470.000) y vela de 5% (de 22.292.000 a 23.389.000)
Otros deportes tienen aumentos mayores en proporción, aunque los valores totales sean más bajos: los fondos para el baloncesto, por ejemplo, treparán 137%, a casi nueve millones de esterlinas.
¿Y por qué se sacrifica al atletismo, el gran deporte olímpico?
Pues simplemente porque no se espera una buena cosecha de medallas, debido a que el fomento del atletismo lleva más tiempo que el disponible.
Las autoridades se han decidido por apostar a deportes que ya están en evolución positiva, el remo, la natación y el ciclismo, que obtuvieron la mayoría de las medallas británicas en los juegos de Pekín.
A los atletas, en cambio, les fue bastante mal.
Así es. Una cuestión de medallas.
Es como dijo el comité de expertos: los juegos son buenos para el festejo y celebración del orgullo nacional.
Y nada más. ¿Es suficiente?
Yo creo que no.
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Añádase a esto el hecho de que históricamente la selección de sedes termina siempre en potencias económicas con independencia de su grado de respeto por los derechos humanos. Estos megaeventos son un meganegocio y una megaverguenza.