Obama y McCain "enrejados"
Hubo buenos golpes, pero no creo que ninguno de los candidatos logró un nocaut en el segundo debate presidencial. Después de tanta expectativa, al final ambos decidieron no sacar los trapos al sol y todo fue muy civilizado.
Claro, la tensión se sentía en el ambiente y a Obama se le vio mucho más cómodo, pero no hubo sangre. Algunos hasta pensaron que el encuentro había sido aburrido.
Lo que no me pareció civilizado fue la negativa de las campañas para que habláramos con los 80 elegidos, los únicos que estuvieron a pocos metros de los candidatos.
Durante los 90 minutos estuve recordando caras y nombres de los que habían hecho las preguntas, para "atacar". Más que escuchar a los "spin doctors" o portavoces de las campañas, me interesaba conocer la opinión de la gente que realmente importa.
Me quedé vestida y alborotada. Más bien me quedé empapada porque caí una lluvia torrencial a la salida del evento.
Me mojé aún más tratando de salir del perímetro de "seguridad", porque la universidad decidió poner vallas de metal alrededor del edificio donde se celebró el debate. Así nos mantuvieron bien enjaulados y a los candidatos bien enrejados.
Pero no toda la experiencia fue mala. Al llegar al debate, fuera del perímetro de "seguridad", los estudiantes habían organizado una fiesta popular donde había gente de todas las edades y de todas las tendencias políticas.
¡Qué respiro!, pensé. Incluso me encontré juntos a Sarah Palin con Bill Clinton y George W. Bush. (claro... los de mentira). "Clinton" me dijo que habían llegado para contagiar de buen humor a las campañas, que últimamente estaban demasiado agresivas.
Estoy de acuerdo. No sólo son las campañas, pero el ambiente entre los seguidores también lo he notado mucho más agresivo. Será que tuve mala suerte, pero aquí en Nashville me encontré a varias personas que admitieron, sin pelos en la lengua, que "la hermana o la madre" no votarían nunca por un negro.
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Muy linda tu foto con Tina Fay