Guantánamo en el Platte
Ya estoy en Denver. La primera misión fue sacar la credencial.
Hay cuatro colores: una gris, otra morada, otra naranja y la llave mágica es una verde, que sólo obtienen los más privilegiados y todos los delegados, claro.
Los periodistas comparamos las credenciales como si se tratan de calificaciones, aunque al final poco importa el "acceso" porque la mayoría terminaremos trabajando en unas carpas que pusieron a las afueras del Pepsi Center.
En esas enormes carpas cada medio tiene un lugar especial para trabajar, pero no crean que hay lujos. Todo son mesas, una tras otra, frente a pantallas de television.
Si el acceso para ver el espectáculo central, por el cual 15 mil periodistas viajaron, es limitado, ya se imaginarán que entrar a las fiestas y eventos más especiales es casi imposible.
Como bien dicen los políticos veteranos, la convención sucede fuera de las cámaras de televisión.
Pese a todo, los delegados (miembros del partido), tienen que sufrir como todos los mortales las interminables filas para poder entrar al recinto.
Soy mala, pero verlos ahí, bajo el sol, al igual que todos me hace sentir más democrática. También me alegra que tengan que pagar los exorbitantes precios por una botella de agua o un sandwich, porque no puedes traer nada del exterior, así es que te toca pagar.
En cuanto tuve la oportunidad salí a las calles, aunque lo pensé dos veces cuando el guardia me preguntó: "¿estás segura?, si sales tienes que formarte otra vez". En pocas palabras, si sales, tienes que arriesgarte a una hora de fila.
No me importa, quiero ver la ciudad, pero a los pocos pasos me doy cuenta de que Denver está irreconocible.
Fuera de la burbuja también se ven policías armados hasta los dientes, con rifles automáticos, por todos lados.
Se escuchan además los helicópteros sobrevolando la ciudad, y la policía en bicicleta dando vueltas para evitar que ningún gracioso pueda acercarse al "poder".
Tanta seguridad me pone nerviosa y pienso que los residentes no deben estar nada contentos con tantas calles cortadas por toda la ciudad durante toda una semana.
Los demócratas celebraron su convención en Colorado, que usualmente es un estado republicano, porque creen que este año pueden ganarlo.
El alcalde de Denver y el gobernador de Colorado son demócratas y esto les da gran ilusión. Pero, si yo fuera un elector indeciso en Denver, la verdad es que me lo pensaría dos veces.
¿Se imaginan cuántos libros para las escuelas, vacunas y demás cosas podrían comprar con ese dinero?
Sin ir más allá. Por cuestiones de seguridad las autoridades construyeron un centro de detención en un almacén abandonado.
Al dichoso centro lo bautizaron los manifestantes como el "Guantamano en el Platte", que es el río que pasa por Denver. ¿Por qué no sembrar árboles?
ComentariosAñada su comentario
deseandole exitos en su interesante tarea informativa desde Denver, pienso que no deberia haber sido Sra. Obama quien habra los discursos, deberia haber sido un lider en conciliacion y definicion de un objetivo politico llamado ''Democratas'' una sola bandera, una sola meta,en pro de una solida y unida nacion lista para el relanzamiento de un motor poderoso global llamado USA.
Finalmente, deseamos un speech contundente de la Sra. obama.
QUIERO FELICITARLA POR SUS APORTACIONESDE ESTE EVENTO ELECTORAL, ME SON DE GRAN UTILIDAD YA QUE , GRACIAS A SU PUBLICACIÓN PUEDO COMPLETAR, INFORMACIÓN QUE NECESITO PARA PODER ENTENDES MÁS A CABALIDAD ESTE PROCESO QUE HO SE VIVE EN LOS ESTADOS UNIDOS.
Sin comentarios, solo me encanto lo de sembrar arboles. Te felicto por ese pensamiento en pro de los pulmones de la tierra que son los arboles.