Los viejos flatulentos y el mundial de rugby
El , que comenzará mañana (Francia/Argentina, en el Stade de France, París) y concluirá el 20 de octubre, en el mismo escenario, es el tercero consecutivo en que enfrenta al equipo local en el partido inaugural.
En 2003, los Pumas debieron jugar en Sydney con Australia, que ganó 24-8; en 1999, en Cardiff con Gales, que se impuso 23-18. En París también se prevé una victoria local, a pesar de los buenos resultados de Argentina ante este rival en los últimos choques: después de todo, y este es “su” mundial.
Pero ambos equipos se conocen bien, de modo que los apostadores mantienen sus opciones abiertas. Una victoria argentina sería una calamidad para Francia, que confía en un cómodo tránsito hacia la final ante el gran favorito, Nueva Zelanda.
El rugby siempre ha sido popular en Francia, y el nuevo gobierno da por descontado que en esta ocasión el equipo nacional repetirá la hazaña de Les Bleus del fútbol, que vencieron a Brasil en 1998. Es por esa razón que el presidente Sarkosy ya ha nombrado a Bernard Laporte, el entrenador, ministro de Deportes, cargo que asumirá después de la final.
El problema, tanto para Francia como para Argentina, es que el grupo D incluye también a Irlanda, que tiene el mejor equipo de su historia y acaba de desplazar (por un pelo) a Argentina del .
El torneo comenzará con cuatro grupos de cinco participantes cada uno. Los otros poderosos han sido distribuidos cuidadosamente: Inglaterra y Sudáfrica en el A; Australia y Gales, en el B; Nueva Zelanda y Escocia, en el C.
De los países emergentes, Samoa está en el A, Fiji y Japón en el B, Italia en el C.
Esto de los poderosos y favoritos es una realidad particularmente evidente en el rugby, un deporte donde las sorpresas son muy raras.
En fútbol, un equipo mediocre en una buena racha puede ir lejos, pero en rugby es mucho más difícil.
El juego exige un elevado nivel de organización, que sólo se puede lograr a través de una capacidad técnica igualmente elevada.
En los mundiales de fútbol algunos equipos de tercera fila dan sorpresas o por lo menos suelen resistir con dignidad a los poderosos. En rugby los equipos de tercera están allí para recibir las bofetadas.
En el mundial de rugby de hace cuatro años, el equipo local, Australia, apabulló a Namibia 142-0. Es la misma Namibia que está en el grupo de Francia, Argentina e Irlanda.
Esas goleadas grotescas han provocado protestas: se dice que fue un error aumentar el número de participantes de 16 a 20, pero al mismo tiempo uno de los problemas del deporte es justamente su carácter exclusivo, de un puñado de poderosos que se miden constantemente entre sí, en una relación incestuosa, marginando a los demás.
Los “viejos flatulentos” (memorable descripción de los dirigentes del rugby, acuñada por Will Carling, un ex capitán del seleccionado inglés y amante de la princesa Diana) quieren acreditar su amplitud de criterio aceptando a más países en los mundiales, pero al mismo tiempo les cierran las puertas en los torneos regionales, donde podrían acelerar su progreso.
Es lo que ocurre con Argentina, el más poderoso de los países emergentes: “todos”, dirigentes, jugadores, periodistas, admiten que debería jugar en un torneo regional más competitivo que el Sudamericano, ya sea el Torneo de las Tres Naciones en el hemisferio sur, o el de las Seis Naciones en el Hemisferio Norte, pero a la hora de concretar las propuestas se diluyen.
Los Pumas saben que este mundial puede ser decisivo para la inserción internacional del rugby argentino. “Queremos enviar un mensaje al mundo del rugby”, dijo el técnico Marcelo Loffreda. “Si terminamos terceros, cuartos o quintos, ese será el mensaje”. Después del mundial, Loffreda se hará cargo de la dirección técnica del Leicester, un club inglés que figura entre los más poderosos del mundo.
Mark Souster, un comentarista del Times de Londres, refiriéndose al tratamiento discriminatorio de Argentina, dijo que “tal vez (los flatulentos) estén secretamente preocupados por el impacto que Argentina podría tener en su confortable cartel, pero la Junta Internacional debería saber que en algún momento habrá un nuevo orden, con Japón, China y tal vez Estados Unidos al frente (junto con Argentina)”.
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Leo con incredulidad, la frialdad con que describe tan magno acontecimiento, resistire.
Argentina, a mi modesto entender,también llega con una generación de rugbier con gran experiencia y deseos de imprimir sus nombres en la historia, del deporte.
Actualmente, no he visto mucho rugby, vivo en un país como España en el cual la difusión es casi nula.Pero tuve la grata sorpresa, de descubrir un jugador, en las escapadas que hago a Perpiñan, un fullback J.M. Hernadez, que debería de llevar una cascaca all black, tremendo, virtuosismo en estado puro.
En rugby un solo hombre no gana un partido, pero él y todos los demás, me permiten esperar un exito, que no seria fruto de la suerte, sino del trabajo. Así que, "Vamos Pumas Carajo"
Exijo más virtuosismo, en la escritura ,Lalo para el rugby. Algo sublime como "en el vientre de la Ballena"
Un abrazo.
Nueva Zelanda es el mejor equipo, pero son automatas. Francia, el mas creativo, el mas excitante. Argentina, una amenaza al poder de los paises tradicionales. Inglaterra, una decepcion en los ultimos anos despues de ganar en Austrealia. Los australianos, no tan bien como antes, y los sudafricanos pueden dar la sorpresa, lo mismo que Irlanda. Gales esta regular, y Escocia virtualmetne no existe.
Que diran los agoreros, cuantos subieran al carro del exito. Muchos fueron los sentimientos, al ver el partido, pero siempre teniendo en claro que no esperaba una sorpresa.
Felicito a los jugadores y demás, que me permitieron en un bar inglés escuchar el hinmo, despues de tanto tiempo lejos del hogar.
Jugando bien o mal, hay que ganar, ellos deben acostumbrarse a perder con los Pumas, las futuras generaciones de Pumas ya tendrán tiempo de desplegar el virtuosismo del más bello deporte de conjunto, que hay dentro y fuera de un campo de juego.
Un abrazo
PD: por favor Lalo, un comentario del partido
ARGENTINA, le ganó con el CORAZON en un puño, a los orgullosos franceses y patearon el tablero de los pronosticos. LOS PUMAS inscribieron su nombre en letras de oro.¡SI EXISTIMOS!, SI EXISTIMOS, gritaba su capitán Agustín Pichot, en el medio del campo,al terminar el encuentro en que la ALBICELESTE venció a los franceses.LOS PUMAS HICIERON CACAREAR AL GALLO FRANCES Y LOS PUSIERON a penar ahora para poder clasificar. ME SACO EL SOMBRERO CON LOS ARGENTINOS, en basqueball(ya le ganaron y eliminaron al Dream team en los Olimpicos), ahora dan el BATACAZO en el SAINT DENIS...ELLOS (los argies) tienen un GEN especial, debería ser un MEJOR PAIS. CALIDAD HUMANA, TIENEN Y MUCHA, CORAJE LES SOBRA...CON EL TRIUNFO ante FRANCIA me hicieron emocionar, viendo como escuchaban y SENTIAN su himno casi lloro. FELICITACIONES, por una tarde a pura emoción que me brindaron.