Las leyes de Murphy en español
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“Si existe alguna posibilidad de que algo salga mal, saldrá mal” y “si existe la posibilidad de que varias cosas salgan mal, la que va a ocurrir es la más perjudicial”. Estás son, quizá, las premisas más conocidas de las manoseadas leyes de Murphy.
Todavía no está muy claro de dónde salieron esas leyes, ni quién fue el Murphy que les dio nombre, pero lo cierto es que por lo menos las dos enunciadas en el párrafo anterior se cumplieron cabalmente en nuestro último día de preparativos.
Un día que comenzó a para mi a las cinco de la mañana con una llamada desde Londres: el contacto que habíamos planificado para hablar de nuestro a las 6:45 con nuestra revista informativa de la mañana, , tendría que ser a las 6:30. Así es la radio, qué se le va a hacer.
Un contacto que estaba previsto que hiciéramos a través de una línea digital vía satélite. Pensamos que lo mejor era irnos a la orilla del mar para tener el sonido del Caribe acompañando nuestra conversación. Enfilamos hacia Crandon Park, en Key Biscayne, o Cayo Vizcaíno, para decirlo en español.
Nos tardamos más en cerrar las puertas del auto de lo que tardó un guardia de seguridad en echarnos del lugar con la explicación de que el parque estaba cerrado. Y ya eran las 6 y cuarto.
Nuestra segunda parada fue el Village Green, también en Key Biscayne, donde una vez que sacamos todos los equipos, nos dimos cuenta de que no teníamos la clavija adecuada para conectar los audífonos y el satélite que debíamos localizar parecía haberse escondido atrás de alguna nebulosa distante.
El satélite no apareció, así que tuvimos que hacer el primer contacto a través del teléfono celular. Finalmente, la estratófera se apiadó de nosotros y obtuvimos una señal fuerte para comunicarnos. El segundo contacto, aunque con mejor calidad, no fue ideal, por decirlo cortesmente.
La cara que tengo en la foto no es de concentración, sino de frustración y de vergüenza. A las ocho de la mañana estábamos Carlos Ceresole y yo sudando, picados por los mosquitos del verano mayamense y con el desánimo de que las cosas no habían salido tan bien como hubiéramos querido.
El resto del día, por suerte, transcurrió más o menos normalmente. Terminamos de comprar algunas cosas que nos van a hacer falta, almorzamos con los demás colegas de la 91ȱ y fuimos a recoger las camisetas de “¿Hablas español?” que vamos a regalar por el camino.
Ya en la tarde, de regreso en casa, me di cuenta de que el cheque que me habían dado para los gastos de viaje no aparecía por ninguna parte. Lo busqué en el auto, en el estacionamiento del edificio, pensé aterrorizado que se me podía haber caído en la calle y quién sabe quién lo estaría cambiando en este momento.
Murphy otra vez, no, pensé. Pero parecía que sí. Si había alguna posibilidad de que el cheque se perdiera, se perdería. Si de todas las cosas que pueden pasar con un cheque desaparecido, la peor es que alguien lo cobre, seguramente era eso lo que iba a ocurrir.
Finalmente, y por una inspiración divina, se me ocurrió mirar en la papelera al lado de mi escritorio. El cheque estaba ahí, solo que rasgado en cuatro pedazos. Lo peor es que no sé en qué momento lo hice, ni recuerdo qué idea se me cruzó por la mente cuando lo rompí. ¿Estaré nervioso por el viaje?
Lo siguiente que hice fue reírme mucho por la tontería que cometí, pero también por el alivio de darme cuenta de que no había ninguna posibilidad de que alguien hubiera cambiado el cheque.
Todo el incidente me sirvió para darme cuenta de que cuando uno emprende un proyecto como este tiene que saber que no todo sale de acuerdo al plan. Pero que también hay que recordar que a veces las cosas terminan siendo menos graves de lo que uno creía.
Así que, Murphy, bienvenido a bordo. Eso sí, hoy salimos para San Agustín y desde el momento en que pisemos el lobby del hotel tenemos que empezar a preguntarle a la gente: “¿Hablas español?”.
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ComentariosAñada su comentario
Me parece que no tiene nada o casi nada de retador el recorrido de hablas español?
Es como viajar a través de la penìnsula de Baja California o a través del
estado de Jalisco en México, por favor.
por què no lo intentan cerca de la frontera de Canadá, estoy segura que ahí sí será sorpresa lo que encuentren, desde Nueva York, donde se puede sobrevivir sin hablar una palabra de inglés una vida entera, pasando por Illinois, Oregon, Washington, y si me apuran Montana.
Yo tengo la teoría de que en un país tan despersonalizado como Estados Unidos (ya he hecho algunas comprobaciones), uno incluso puede vivir sin hablar.
Lo único que se necesita es una tarjeta de crédito, un poco de ingenio ¡y listo!
Senor Gringo:
Cuando su ruta está solamente a algunos kilómetros de la frontera mexicana su tonto pensar esto un desafío. En lugar van de Maine a Alaska en una ruta norteña solamente algunos kilómetros de la frontera canadiense. Entonces dé un análisis. Rose Ruiz
Senor Gringo:
When your route is only a few kilometers from the Mexican border its silly to think this a challenge. Instead go from Maine to Alaska on a northern route only a few kilometers from the Canadian border. Then give an analysis.
Rose Ruiz
Acabo de descubrir este blog, y intento seguirlo con mucho interés. Empecé mis estudios de español a los doce años (hace muchos muchos años) en un colegio privado de Brooklyn, Nueva York, y terminé con conseguir mi bachillerato en el idioma. No hay ni una gota de sangre hispana en mi familia, pero hasta desde niño me di cuenta de la importancia de aprender el español como medio de comunicarme con la gente de esta ciudad y del mundo en general. Sin duda si Uds. viajaran por el norte de los EE.UU. les sorprendería cuanta gente sobrevive sin hablar inglés. Una cosa es cierta: las leyes de Murphy, a lo mejor un paisano de mis antepasados, sí aplican a pesar del idioma. ¡Buena suerte con su viaje!
Si algo puede salir mal, saldrá mal, según muchos dijo un tal Edward A. Murphy en 1949. El fue un ingeniero electrónico que trabajaba en un proyecto de la USAF, y se supone que era de origen irlandés, ya que es un sentimiento casi nacional, en el marco de su pesismo pragmático. Otro genio irlandés como Wilde ya había dicho que Un pesimista es un optimista bien informado, y hay muchos expresiones mas.
UY.....es lo mismo que puede sucederme a mi con mi futuro viaje a Maryland no hablo nada de Inglés......muy divertido continuaré leyendote
UY.....es lo mismo que puede sucederme a mi con mi futuro viaje a Maryland no hablo nada de Inglés......muy divertido continuaré leyendote
Soy peruano y estoy a punto de jubilarme en mi pais y quisiera que me informen hasta que punto se puede una persona pasear sin saber nada de ingles porque estoy planeando viajar pronto a ese pais no quisiera que Murphy interumpiera mis planes
Vivo en Canada hace 6 años, para mi no es un gran obstaculo no hablar ingles pues voy a la escuela la pronuciacion es lo mas dificil y con algunas palabras y otra en señales como los indios nos entendemos.
Nuestro lenguaje es muy rico
VIVA EL ESPAñOL!
la ley de ete tipo es una mentira , hay que ser positivos si uno es positivo siempre tendra por que sonreir en cambio el que siempre espera lo peor entonces acondiciona a su mente a sentirse asi siempre y atrae cad vez mas esto ,la ley de la atraccion, simple. Y a dice en la biblia al pobre se le quitara mas y al rico se le dara mas