Hace pocos dÃas fui a la penÃnsula de Guanacabibes, en el extremo occidental del paÃs, una reserva natural casi virgen, donde se pueden contemplar iguanas, venados, cocodrilos y todo tipo de aves, además de poseer unos fondos marinos maravillosos.
Todo transcurrió muy bien hasta que quisimos participar de una excursión de submarinismo. Nos negaron el acceso porque en el grupo habÃa cubanos y no están autorizados a subir al yate. El guÃa nos dijo que es una orientación de la CapitanÃa Naval.
De vuelta en La Habana quise saber si el parlamento habÃa aprobado alguna legislación que impidiera a los cubanos viajar en barcos. Muy amablemente el jurÃdico de la Asamblea nos informó que no existe ninguna ley que prohÃba navegar a los nacionales.
Claro que tampoco existÃa una ley que impidiera a los cubanos hospedarse en hoteles turÃsticos y sin embargo pasaron casi dos décadas mirando desde fuera como los extranjeros disfrutaban de las instalaciones que a ellos les estaban vedadas.
Pero ahora se supone que todo ha cambiado, casi medio millón de cubanos residentes en la isla veranean en esos mismos hoteles y una nueva ley de migración permite la salida libre de los ciudadanos...salvo que lo quieran hacer por barco.
Lea el resto de esta entrada
...las semanas, los meses y los años sin que Cuba alcance la prometida informatización de la sociedad. Atrás queda el debate sobre internet social o particular, la mayorÃa de los internautas ya aceptan cualquier opción con tal de que haya acceso.
Yo continúo intentando que algún directivo del Ministerio de las Comunicaciones me responda sobre la situación de internet en Cuba. Es verdad que sus acólitos siempre me advierten que no me acerque pero mi optimismo me llevó otra vez a insistir.
Logré interceptar a uno de los viceministros en la inauguración de la XV Feria de Informática. Me decidà porque es un hombre bastante joven y un colega cubano me aseguró que "este le sabe al tema", aclarando asà que no se trata de un simple burócrata.
He de reconocer que tiene formas más corteses y amables que otros directivos que he conocido en el pasado pero al final la respuesta sigue siendo en esencia la misma: no voy a hacer declaraciones, este no es el lugar, en otra ocasión, etc, etc, etc.
Lea el resto de esta entrada
El fin de semana fui a recorrer los senderos del Valle de Viñales y pude ver cómo se transforma allà la vida de la gente. Dejé el automóvil en el mirador, donde varios restaurantes privados me ofrecieron la posibilidad de comer al regreso de la caminata.
Reservé en uno que construyó terrazas de madera en el aire, protegidas del sol por las ramas de los árboles y frente al valle, con una vista maravillosa y precios razonables, lo que me permitió compartir el almuerzo con turistas extranjeros y familias cubanas.
Pero esos restaurantes no son los únicos negocios que florecieron con las reformas. En la caminata por el valle nos encontramos un pequeño cubÃculo donde ofertaban diferentes jugos de fruta helados, algo que apetece mucho cuando el sol tropical se hace sentir.
Lea el resto de esta entrada
Nadie discute ya en Cuba la necesidad de hacer reformas que le den a la nación una economÃa auto sustentable. Hoy los cubanos usan palabras como mercado, eficiencia, rentabilidad, costos y beneficios u oferta y demanda sin temor a ser tachados de sacrÃlegos.
Sin embargo, lo que resulta evidente para la economÃa no lo es tanto para la cultura, por lo menos eso se desprende de las preocupaciones expresadas por destacados intelectuales cubanos en un artÃculo aparecido en el periódico Juventud Rebelde.(1)
El tema central es hasta qué punto la cultura podrÃa autofinanciarse. Inician preguntándose si "¿puede ser rentable una función de una orquesta de guitarras? ¿O generar utilidades un libro de poemas de un autor joven, talentoso pero desconocido?".
Lea el resto de esta entrada