Gente de palabra
Recién llegado a la isla presencié como dos cubanos hacÃan un negocio, acordaron que parte del pago de la deuda serÃa cancelado mensualmente durante un año. Esperé que firmaran algún papel pero simplemente se dieron la mano y ya.
Mi abuelo me vino a la cabeza. Él me hablaba de los tiempos en los que "el mejor aval era la palabra de un hombre" y me contaba como "en otras épocas" en mi paÃs se podÃa vender hasta un campo sin firmar previamente ningún documento.
Si le hago caso a mi abuelo podrÃa pensar que Cuba es el último reducto en el mundo en el que aún se cierran tratos sin papeleos, donde basta la palabra de un hombre o de una mujer como garantÃa de que se cumplirán los acuerdos.
El hecho podrÃa ser consecuencia de la polÃtica económica del sistema socialista que rige la vida del paÃs. El asunto es que casi todos los negocios que se hacen son ilegales, lo que impide que puedan avalarse jurÃdicamente.