Las hazañas de Tiger Woods ya dan miedo
Da un poco de miedo, Tiger Woods. O tal vez debamos ir toda la distancia y decir que da mucho miedo este Tiger Woods, porque cómo se las arregla para vencer tanto. El hombre ha ganado los últimos siete torneos jugados.
En golf, esta es una hazaña comparable con las más grandes del deporte.
La única vez que no ganó, en los últimos siete meses, fue segundo. Y no se trata de una mera racha, porque deberíamos hablar de nueve victorias en sus últimas diez apariciones. Es, con seguridad, el golfista más grande de la historia, y muchos creen que se debe cambiar “golfista” por “deportista”.
También es uno de los campeones de comportamiento más convencional: no es vanidoso, ni verborrágico, ni megalómano (en realidad no puede tener delirios de grandeza, porque las jactancias, en su caso, estarían justificadas).
Tiger tratará de prolongar su racha esta semana en Doral, Miami, donde ha ganado los últimos tres años (seis veces en total). Los expertos se preguntan si proseguirá su dominio total hasta el Masters de Augusta, en abril, o si se tomará un respiro para llegar fresco a esa nueva cita con la leyenda.
Tratándose de Tiger Woods, a nadie le extrañaría que este año, aparte de asombrar con el número de sus triunfos, también haga historia ganando en el mismo año calendario los cuatro torneos de Grand Slam: el Masters, los Abiertos de Estados Unidos y Gran Bretaña y el campeonato de PGA (Asociación de Golfistas Profesionales). En 2001, al ganar el Masters, Tiger tuvo los cuatro trofeos consecutivos, pero no en el mismo año calendario.
A los 32 años de edad, ha ganado cuatro Masters, cuatro PGA, tres Abiertos de Gran Bretaña y dos Abiertos de Estados Unidos.
Como todos los grandes campeones, Tiger tiene una voluntad de hierro, que le permite conservar la delantera, cuando la tiene, o arrebatársela a un adversario, cuando se ha retrasado.
Las estadísticas lo demuestran: ha ganado 51 de los 57 torneos que lideraba al comenzar la última jornada de juego, revirtiendo una de las maldiciones del golfista convencional, que se da por vencido a las puertas de la victoria.
También se ha quedado con 15 de los 18 torneos que requirieron un desempate con otro u otros golfistas.
El hombre tiene tanta seguridad en sí mismo, tantas condiciones técnicas, tanta ambición, que gana hasta cuando las cosas no le salen demasiado bien. Esa es otra cualidad exclusiva de los grandes campeones.
De los siete torneos consecutivos ganados, cinco han sido del circuito de PGA, y la comparación en este marco nos da una idea de la grandeza de Woods. Los anales de la PGA sólo registran cinco rachas de por lo menos cinco victorias consecutivas, y tres de ellas son de Tiger. La primera fue de Byron Nelson, que ganó 11 veces seguidas en 1945; Tiger ganó siete en 2006/2007; Ben Hogan seis en 1948, Woods seis en 1999/2000 y ahora va en camino de superar sus registros previos.
Muchos golfistas ya no saben cómo reaccionar ante las hazañas de Tiger Woods. Por supuesto que cuando les preguntan dicen que es un honor compartir los links con el mejor golfista de la historia, pero la diferencia de calidad y de resultados no puede menos que humillarlos.
Algunos hasta dicen, en privado, que envidian a los jugadores jóvenes, que pueden aspirar a una competición más equilibrada… cuando Tiger Woods se retire.